Año 2023. Montevideo, Uruguay.
El sábado 9 de setiembre a la tarde, la Filosofía ocupó el espacio público y como es propio de ella, estuvo en constante mutación. Pasó de palabras en forma de proclama, a diálogo colectivo. Devino en performance y se convirtió en versos estilo freestyle. Fue a la misma vez pintura e imágenes en movimiento. Una y múltiple, aunque parezca una contradicción lógica.

Ayer fue la primera Ágora ¡La Filosofía a la calle! organizada por el colectivo en Defensa de la Filosofía y su Enseñanza, quienes vienen trabajando junto con la Asociación Filosófica del Uruguay y docentes autoconvocadxs de filosofía.

Ante los intentos de eliminar o reducir la carga horaria de Filosofía en nuestro sistema educativo, se responde así, al decir del filósofo Deleuze: organizando encuentros, aumentando la capacidad de actuación, afectándonos de alegría, multiplicando los afectos.

"Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. (...) Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene este uso: denunciar la bajeza del pensamiento bajo todas sus formas. ¿Existe alguna disciplina, fuera de la filosofía, que se proponga la crítica de todas las mixtificaciones, sea cual sea su origen y su fin? Denunciar todas las ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar en la mixtificación esta mezcla de bajeza y estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las víctimas y de los autores. En fin, hacer del pensamiento algo agresivo, activo y afirmativo."

Gilles Deleuze, Nietzsche y la filosofía.
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